Único ejemplar de una serie iconográfica dedicada a la exaltación de la historia de Moisés. Hasta la fecha no hemos podido encontrar ningún otro tapiz de esta serie, posiblemente porque han desaparecido.

La escena principal se desarrolla en un prado vallado, lleno de flores y con mucho bosque. Todos los personajes, ya sean plebeyos o cortesanos, están admirando al niño que una comadrona anciana tiene entre sus manos. En un acto de respeto le entrega el niño a la señora, quien lo recibe con mucho cuidado. En un extremo una doncella porta una cesta, que puede ser donde encontraron al niño. A sus pies se encuentra otra cesta. Este paño es muy rico en ropajes. Esta consideración nos desplaza a una corte poderosa, como la española del siglo XVI, con el imperio más grande jamás tenido por un solo hombre, Carlos V.

La cenefa, toda ella floreada, es muy del gusto del estilo renacimiento. Todo el paño nos transporta a un mundo donde las mujeres y los ancianos controlaban la vida en la corte, mientras los hombres se dedicaban a hacer la guerra.

La tela en sí misma necesita una intervención urgente que estabilice todo el tejido y evite una más que probable desaparición de una obra de arte de la tapicería internacional medieval, de un delicado trazo y de muy buen gusto.