Un rebaño de vacas es conducido por un pastor cuesta abajo por una ladera frondosa. Detrás observamos el comienzo de un bosque. Debajo divisamos la orilla del río con juncos y a un cervatillo bebiendo en ella. Es una escena muy tranquila y sosegada. A diferencia del rebaño de vacas que tiene un significado violento, el riachuelo y su discurrir pausado dan una sensación de placidez. El artista, en este caso el propio tejedor como maestro en el arte de la interpretación, quiere hacernos un guiño a la placidez en la vida del campo. Toda la serie, que acaba con este paño trata el mismo tema: la placidez de la vida rural en comparación con la ajetreada vida en las urbes. Ya en el s XVII en el centro de Europa las ciudades están muy pobladas.
Como en el resto de paños de esta serie, el tejedor ha enmarcado la escena en un entorno urbano. Nos indica que observemos como si una ventana estuviera abierta y pudiéramos salir por ella. El conjunto tiene la apariencia de una platea en un teatro público. Los jarrones de los laterales dan el soberbio pero a la vez recargado ambiente barroco a todo el tapiz.
Heinrich Reydams, como ya hemos dicho anteriormente, se trata de uno de los artistas más importantes del gremio de tapiceros. Sus obras se encuentran entre las mejores de la tapicería de todos los tiempos.