La caída de Troya puede ubicarse hacia 1235-1225 a. C. Los aqueos fueron los héroes de la guerra de Troya. Pierre Lévêque dice que “la toma de Troya sería algo así como el canto del cisne del poderío aqueo, la última expedición en la que estos osados y valientes saqueadores habrían coordinado sus fuerzas para imponerse y enriquecerse en el Mediterráneo oriental.”
Paris regresó a Troya con Helena, pero Agamenón, rey de Micenas, decidió vengar la injuria sufrida por Menelao, y para ello reunió a muchos héroes griegos famosos como Aquiles, Patroclo, Ayax hijo de Telamón, Néstor, Odiseo, Diomedes y otros y organizó una expedición punitiva contra Troya.
Los nueve primeros años tuvo lugar el sitio a la ciudad, sin otra variante que la sucesión de los días en duras batallas. Pero en el décimo año Aquiles se retiró de la batalla por una actitud de Agamenón, que consideró lesiva para su honor. En efecto, el rey de Micenas había retenido a la hermosa cautiva Briseida, a quien el héroe reclamaba para sí. La cólera de Aquiles fue grande y resistió todos los intentos de reconciliación por parte de los jefes griegos. Mientras tanto, y privados de su presencia y de su espada, los griegos experimentaban una derrota tras otra a manos de los troyanos. Finalmente Aquiles cedió ante su amigo Patroclo y le permitió una estratagema: Patroclo se presentaría en el campo de batalla con las armas de Aquiles, para animar a sus soldados y amedrentar al enemigo. Pero Patroclo muere en el combate y las armas de Aquiles quedan en poder del enemigo. El héroe entonces vuelve a la lucha y mata a Héctor, el principal guerrero troyano. Es este episodio, el de la cólera de Aquiles, el tema de la Ilíada.
Finalmente la ciudad de Troya fue tomada gracias a un ingenioso ardid: un grupo de guerreros griegos se ocultó en el interior de un gran caballo de madera que los troyanos introdujeron en la ciudad. Una vez adentro, abandonaron su escondite y se apoderaron de la ciudad. Sólo unos pocos troyanos pudieron escapar; uno de ellos fue Eneas, quien se dirigió hacia la actual Italia, luego de un desdichado episodio amoroso con la fenicia reina Dido. Roma queda así emparentada con la guerra de Troya y con ese mundo de héroes y de dioses. Por otra parte, el suicidio de Dido, luego del abandono de Eneas, se considerará como la raíz mítica de la rivalidad entre la fenicia ciudad de Cartago y la Roma de Eneas. El viaje de Eneas, que une a Roma con Troya ha sido cantado por Virgilio en la Eneida.
El retorno de los guerreros griegos a sus hogares dio lugar a otros poemas, entre los que se destaca la Odisea, cuyo protagonista, Odiseo, regresa a Itaca después de diez años de difícil travesía. Tan larga ausencia hace presumir que ha muerto, y los pretendientes no demoran el asedio a la que creen su viuda, adueñándose prácticamente de la casa y de sus bienes, mientras banquetean y urgen a Penélope a tomar una decisión. La mujer urde mil estratagemas para defenderse y ganar tiempo, mientras su joven hijo Telémaco, sin experiencia y aún no fogueado en las pruebas, no logra poner fin a la situación. Finalmente, instigado por la diosa Palas Atenea -bajo las figuras de Mentes y de Mentor- sale de viaje en busca de su padre, viaje durante el cual adquirirá experiencia, madurez, y los conocimientos y virtudes que harán de él, llegado el momento, un buen gobernante.
Este paño de la guerra de Troya, pintado por Rubens hacía 1620, representa a las tropas troyanas rindiéndose frente a Agamenón. Como personaje principal podemos encontrar a Agamenón vestido de guerrero griego con túnica de color cobalto. A su derecha, subida a lomos de un corcel blanco, vemos a Palas Atenea con un mono sobre sus hombros. (No sé realmente qué significado tiene este animal en representación historia). Odiseo sujeta las bridas del caballo. La idea del caballo de Troya parte de este personaje, que con ayuda de Atenea consiguen traspasar las murallas de la ciudad de Troya.
En el lado derecho nos encontramos a los personajes principales micénicos: Eneas, fundador de Roma, Glauco, el que intercambió la armadura con el giego Diomedes, Héctor (su muerte constituye el punto culminante de la Ilíada), Paris un seductor y mal soldado, Príamo rey de Troya y Sarpedón. Todos ellos están en señal de postración frente a Agamenón. Le están ofreciendo la armadura de Aquiles, la cual le fue sustraída después de que fingiera su muerte.
La cenefa enmarca el escenario como si fuera la ventana de un palacio Barroco. Su arquitectura es puramente mitológica con personajes de muy diversa naturaleza. En el centro inferior una inscripción nos aclara vagamente el tema central del tapiz: